Siempre con esa sonrisa cínica, como si nada de lo que estuviera a su alrededor tuviera algún efecto sobre el, el comandante observa el monitor. La sonrisa cínica se convierte en una carcajada sonora. Su subordinado le mira aturdido y sorprendido, pensando que aquel estaba loco de remate.
Compañero: Señor, se encuentra usted bien?
Señor: claro.
Compañero: Permiso para ser honesto, señor.
Señor: concedido.
Compañero: Señor, me asusto su reacción, yo se que estamos acostumbrados a lidiar en el peligro, y hemos vivido demasiadas cosas, pero no alcanzo a entender porque ríe de esa manera ante ese mensaje tan aterrador.
El jefe, poniéndose serio, mira de nuevo el mensaje, suspira profundo, y vuelve a sonreír cinicamente,
Señor: es Fácil, ya estoy muerto.
Compañero: Señor...?
Señor: si, estoy muerto, desde que ingrese a este departamento, me sabia muerto. Es por eso que me rió cuando me amenazan de esa forma. No pueden asesinarme, ya estoy muerto desde hace mucho. Queda claro, o quieres que profundice en mi explicación? El comandante adopta un semblante serio, y su expresión es una invitación a no seguir preguntando sobre el tema,
Compañero: Perfectamente claro, señor.
Señor: entonces, vuelva a sus labores y olvidemos el tema. Necesito saber desde donde me mandan este mensaje, intente rastrear la dirección IP del remitente, y de ahí partiremos, a ver hasta donde llegamos. Esos hijos de puta van a caer.