jueves, 20 de septiembre de 2007

Historias Tragicas

Jonas

Mi madre no queria mascotas en casa, pero mi hermano y yo la convencimos. Nos sentimos un poco extraños, pues hacia ya muchos años desde la ultima vez que tuvimos una mascota gatuna. Una amiga de mi madre se lo regalo. Poco a poco le fuimos ganando cariño al animalito y le llegamos a querer un resto. Era tranquilo y muy huevon, como todo gato. Casi no daba lata, y procurabamos tenerlo bien alimentado. Era de llamar la atención el comportamiento que tenia con mi madre. No se le despegaba ni un minuto. En donde estaba ella ahi a su lado estaba Jonas. Simplemente se recostaba a un lado y le miraba. No maullaba, no molestaba, simplemente se quedaba a su lado. Ademas, era un excelente cazador de ratones.
Desafortundamente un dia no regreso. No sabemos que sucedio con el. Fue muy doloroso, porque le habiamos visto crecer, y le queriamos mucho. Sin afan de exagerar, a mi en lo personal me dolio un chingo su pérdida, estuve asi por varios dias. Aun al hasta hoy, sonrio al recordarlo, y me siento triste. Mi madre, a pesar de no quererlo al principio, tambien resintio su ausencia. Y Mi hermano También.


Falcor
A este lo bautizamos en honor al dragon de la suerte de la Historia sin Fin. Meses despues de la pérdida de Jonas, en casa de mi abuela, la gata tuvo camada. Uno de ellos era Falcor. Mi madre se resistio a la idea de tener otra mascota gatuna, pero nuevamente pudimos convencerle. Este canijo era mas huevon que Jonas y mas fregon. No podias agarrarlo sin que te intentara morder. A veces cuando estaba yo en la hamaca, venia a hacerme compañia. Lo mismo hacia con mi carnal. Le gustaba asomarse a la ventana y ver que pasaba en el mundo exterior. No era tan bueno como Jonas con los ratones, pero tampoco cantaba mal las rancheras.
De nueva cuenta, la desgracia se presento. Un dia, el enamorado de una vecina se lo llevo. Esto lo supimos porque unos señores que trabajaban en esos momentos en la casa, presenciaron todo. Fuimos a reclamar, pero no conseguimos nada. Asi, otra vez estuvimos tristes por haber perdido a otro gato.
un dia regresando de casa de mis abuelos, me lo encontre en la calle. No puedo explicar que sucedio ni como llego ahi. Cuando me vio me reconocio, pues me empezo a maullar. Al verle, me entro la duda, no lo pdia creer. Al caer en cuenta que era el, lo tome y me lo lleve a casa. Fue un dia muy Feliz.
Pero nos duro poco el gusto. Un mañana se fue y no volvio. Hasta hoy, no sabemos que paso con el.

Y ya no hablo de Concho, un siames que tuvimos hace muchos años. Un dia desaparecio y jamas supimos nada mas del. Hay algunas teorias que apuntan a que una vecina le enveneno, pero nunca lo pudimos comprobar.

Creo que tenemos en la familia algun tipo de maldición gatuna.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajaja, chuparon faros los putos gatos! jajaja