lunes, 11 de agosto de 2008

Reencuentros

Lo de ayer, por muchos años lo habiamos estado aplazando. Hablo en plural, puesto que mi hermano esta en la misma situación. Acudimos a Yobain, el pueblo de donde es mi padre, debido a que mi abuela cumple años. La ultima vez que estuvimos ahi fue hace mas de 15 años, demasiado tiempo.
El que no hayamos ido con regularidad se debe a ciertas circuntancias que no tengo intención de plasmar en el blog. Son demasiado personales para poder contarlas por este medio.

En fin, la jornada empezo tranquila y afortunadamente el trayecto hacia el mencionado municipio transcurrio sin contratiempos. Llegamos sanos y salvos a eso de las 11 de la mañana, un poco mas tarde de lo previsto. El abuelo al vernos se emociono mucho, ya que si bien hemos tenido contacto con el con cierta regularidad, hace mucho tiempo que no ibamos hasta su casa. A mis abuelos, a pesar de no verlos mucho, los aprecio y quiero un chingo.
Las cosas ahi parecen no haber cambiado. La casa, las flores, la iglesia, siguen tal y cual los recuerdo desde hace años. Los que hemos cambiado somos los que conformamos la familia. Imaginense la sorpresa al enterarme que tengo 19 primos. A lo mucho solo conosco a una tercera parte de ellos.
Y de mis tios, bueno eso es otro pedo. Solamente he mantenido contacto con uno de ellos a lo largo de todo este tiempo. De los demas, que son 5, no sabia nada. Afortunadamente, 4 de ellos acudieron y por fin pude convivir con ellos. uno falto, pero por diversos motivos no pudo estar ahi.
Mi abuela preparó un relleno blanco increible, estaba para chuparse los dedos. Pero lo mas interesante es que pude observar todo el proceso de preparación.
Despues de la comida y de convivir con la familia, Mi carnal y yo fuimos a una puerto cercano ,Chabihau. Al igual que Yobain, hace mucho que no poniamos un pie por ahi. La brisa fresca y el mar, hicieron que mi estado de animo mejorara, ya que ciertos comentarios de algunos miembros de la familia momentos antes, me habian incomodado un poco. Es hasta cierto punto entendible, practicamente somos unos extraños para ellos.
Despues de retornar de la playa, fuimos por mi papá para regresar a Mérida, a eso de las 5 de la tarde, aproximadamente. La verdad, la carga de trabajo y el viaje habian mermado en mis fuerzas, y lo unico que queria era descansar. Fue muy gratificante, puesto que nos encontramos con una parte de nuestro ser que se habia mantenido olvidado. Al ir ahi, salio a flote esa parte de lo que somos.
Y fue bastante relajante, ademas. Es como si la herida hubiera sanado por fin, despues de muchos tiempo de mantenerse abierta, doliendo.


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