Aquí la nota completa: (ElUniversal.com.mx)
Hace cuarenta años, la rutina de los sastres y oficinistas de la céntrica calle Saville Row de Londres se hizo añicos por un inesperado estruendo: eran los Beatles tocando sobre una azotea en el que sería su último concierto.
La legendaria actuación, que los seguidores del cuarteto musical más famoso de la historia rememoraron hoy en la capital británica, se produjo el 30 de enero de 1969, día que cayó en un jueves gélido y gris característico del invierno londinense.
De manera casi improvisada, los "cuatro fabulosos de Liverpool" subieron al tejado de la sede de su sello discográfico, Apple Records, ubicada en el número 3 de Saville Row, la conocida calle en la que los sastres tenían -y algunos aún conservan- sus talleres.
Ni los costureros, boquiabiertos en sus ventanas, ni los viandantes, paralizados en plena calle, salían de su incredulidad: ¿La banda más popular de la época actuando en directo y gratis?
Pero sí, eran ellos: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr con sus melenas al viento, embutidos en sus gruesos abrigos y entregados, como siempre, a sus instrumentos musicales.
La idea de tocar en el tejado, que hizo enloquecer a medio Londres, surgió como parte del proyecto de grabación del disco "Let It Be" (1970), en el que la banda quería filmar el proceso creativo para elaborar un documental y culminar con una actuación en vivo.
Tras varios proyectos infructuosos, los Beatles, que llevaban años sin salir de gira y se hallaban inmersos en agrias disputas personales, acordaron tocar en el tejado de Apple Records.
El citado jueves, pues, al mediodía, hora a la que solían actuar cuando hicieron sus pinitos en el club "The Cavern" de Liverpool, Lennon, McCartney, Harrison y Starr se presentaron en la terraza, acompañados del teclista Billy Preston y de los cámaras de rodaje.
Los Beatles tocaron cinco canciones: "Get Back" (tres veces), "Dont Let Me Down (dos veces)", I've Got A Feeling (dos veces)", "One After 909" y "Dig A Pony".
Asimismo, el cuarteto interpretó una breve versión del himno nacional británico, el "God Save The Queen", y un corto ensayo de "I Want You (She's So Heavy)".
Fueron 42 minutos de puro rock interrumpidos por agentes de Scotland Yard, que accedieron a la azotea y ordenaron detener el concierto, mientras el caos se apoderaba de Saville Row.
"Si me decepcionó la policía con algo, fue el que no nos arrestara. Hubiera sido genial terminar el concierto en la azotea con un titular 'Beatles acaban concierto en la cárcel", bromearía más tarde Ringo Starr.
De hecho, el espectáculo podría haber durado más de no ser por las quejas de un comerciante de lana del inmueble adyacente, que tildó la sesión de "vergüenza absoluta" y exigió el fin de "este maldito ruido".
La efeméride del histórico concierto no pasó hoy desapercibida en Londres, donde decenas de admiradores de la banda, entre ellos miembros del Club Británico de Fans de los Beatles, se congregaron ante el número 3 de Saville Row para poder visitar la terraza.
Admiradores y turistas se hicieron fotos ante la puerta de la antigua sede de Apple Records, un elegante edificio de ladrillo visto, donde también se encontraba el londinense Mark Smith, de 47 años, quien vio con sus propios ojos el "concierto de la azotea".
"Yo -relató a EFE un nostálgico Smith- estaba aquí con mi padre y mi madre. Tenía siete años. Estábamos de compras, escuchamos música y nos acercamos (a Saville Row), que estaba totalmente abarrotada de gente, cámaras de televisión y muchas chicas gritando".
"Es un gran recuerdo", agregó Mark Smith, que, con la ilusión de aquel niño de siete años, soñaba hoy con acceder a la terraza que pisaron sus "ídolos".
Los Bootleg Beatles, un conjunto imitador del legendario cuarteto, tenía previsto revivir el histórico concierto en la azotea, pero cancelaron sus planes después de que las autoridades municipales les denegaran el permiso por motivos de seguridad.
"Es molesto que los burócratas municipales hayan irrumpido para arruinar un evento que celebra un hito en la historia del pop británico", dijo Raj Patel, representante de los Bootleg Beatles.
Muchas imágenes del "concierto de la azotea" se inmortalizaron en la película "Let It Be", que se estrenó el 13 de mayo de 1970 y acabó ganando un Oscar de Hollywood, aunque la separación de los Beatles era ya una realidad.
Para el recuerdo quedaba la célebre e irónica frase con la que John Lennon se había despedido aquel frío 30 de enero de 1969 en la terraza del número 3 de Saville Row: "Me gustaría decir 'gracias' en nombre del grupo y espero que hayamos superado la audición".
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