Hoy me toco observar esta especie, llamada Pajaro Reloj o Toh. Notose en la imagen la sincronía al mover la cola, interesante...la tome en Uxmal.
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Solitario, luciendo su hermoso plumaje tornasoleado en colores azul, verde, negro y canela, el pájaro toh se posa en una rama a la orilla de un cenote. Sin algo que lo perturbe, mueve de un lado a otro, en incesante compás, su larga y raída cola, formada por dos grandes plumas centrales que sobresalen en medio desnudas, sólo rematadas al final con una mota de plumas azul turquesa.
Las dos especies del toh, o pájaro reloj (Eumomota superciliosa
y Momotus momota), que viven en la Península de Yucatán forman parte de una familia de ocho especies distribuidas en el mundo, de las cuales seis se pueden encontrar en México. Su diferencia básica son los colores de las plumas de la cabeza, además de que el segundo pertenece a la más grande de esas especies, de la familia momotidae.
y Momotus momota), que viven en la Península de Yucatán forman parte de una familia de ocho especies distribuidas en el mundo, de las cuales seis se pueden encontrar en México. Su diferencia básica son los colores de las plumas de la cabeza, además de que el segundo pertenece a la más grande de esas especies, de la familia momotidae.
En algunos libros se señala que el nombre de toh sólo se le da al Eumomota superciliosa, mientras que el Momotus momota recibe el nombre fonético de jut-jut, como el sonido que produce. En Mérida sólo puede verse al primero, cuya distribución se restringe del sureste de México a Costa Rica.
La distribución del Momotus momota es más amplia y se encuentra desde el este de México hasta el noreste de Argentina, Paraguay y Bolivia. Habita en selvas tropicales y en plantaciones de cocoa y café, en altitudes que van desde el nivel del mar hasta los 2,400 metros.
En la Península de Yucatán, el toh aparece comúnmente en la periferia, mientras que el jut-jut vive en las selvas altas y húmedas del interior.
En México existen dos variedades de jut-jut: el que se encuentra en Yucatán tiene una gran corona negra bordeada de azul, mientras que la otra, que vive en el sur de Puebla y norte de Veracruz, tiene la corona completamente azul.
LEYENDA
El toh, ave de singular belleza, está presente en el folclore maya yucateco. Su vuelo es ondulante y su larga cola cuelga libremente, moviéndose al compás del viento. Le gusta estar junto a los cenotes y es frecuente verlo en las proximidades de Mérida, como Dzibichaltún, donde se posa en las salientes de las construcciones mayas.
Tiene el pico fuerte y curveado hacia abajo y una mancha negra en el pecho, de forma triangular, rodeada de azul turquesa. Sobre el ojo, como una gran ceja, aparece también una línea turquesa. Las plumas de su cabeza forman una corona verde y tiene el vientre color canela.
Según una leyenda contada por Ramón Castillo Pérez y recopilada en un libro sobre aves de los mayas, escrito por la estadounidense Anne LaBastille Bowes, el toh era uno de los pájaros reales que vivían en el reino de las aves de la tierra Maya, en tiempos remotos.
En aquel entonces, tenía una larga, delicada y brillante cola de
muchos colores, que lo hacía verse tan hermoso como el mismo rey
Kukul. Por eso era admirado por las otras aves, pero esto lo volvió
orgulloso y arrogante.
muchos colores, que lo hacía verse tan hermoso como el mismo rey
Kukul. Por eso era admirado por las otras aves, pero esto lo volvió
orgulloso y arrogante.
En lugar de trabajar, se reunía con otros pájaros reales en las más frescas profundidades de la selva, donde pasaba todo el día contando historias y alimentándose en las tardes de insectos y lagartijas. Aun entonces, el toh pedía a sus compañeros que le buscaran la comida, para no maltratar las plumas de su larga y hermosa cola.
Una tarde, negras nubes aparecieron en el cielo anunciando tormenta. Se convocó entonces a una reunión de emergencia de las aves para protegerse, asignando a cada una su tarea específica. Chujut, el carpintero; Panchel, el tucán, y Mox, Xtut y Exikin, los pericos y guacamayas, se dedicaron a cortar ramas para construir un refugio. Bach, la chachalaca, y Cutz, el pavo de monte, llevaron las ramas más pesadas. Los pájaros pequeños, como cuervos y oropéndulas, se encargaron de juntar pastos y pequeñas plantas para cubrir el refugio.
Otras aves colectaron frutos y semillas como alimento y algunas
más se dedicaron a alertar a los animales de la selva. Entre todas ellas, Oc, el zopilote rey, actuó como jefe.
más se dedicaron a alertar a los animales de la selva. Entre todas ellas, Oc, el zopilote rey, actuó como jefe.
Sólo el pájaro toh se negó a realizar cualquier trabajo, alegando ser "un aristócrata, no un obrero". Las demás aves le decían que todos lo iban a sentir mucho si la tormenta los encontraba desprevenidos y le urgían a trabajar con ellos. Indignado, el elegante pájaro tomó su lugar entre los constructores del refugio. Pero no pasaron muchos minutos y ya se sentía cansado y sudoroso, de modo que esperó a que nadie lo viera y se escapó metiéndose entre los arbustos cercanos.
Ahí encontró un buen lugar para esconderse: las grietas de una pared de piedra. Se metió en el agujero, se acurrucó y se dispuso a dormir. Convencido de la efectividad del escondite, no se dio cuenta de que su larga cola colgaba fuera del refugio, sobre un camino donde los trabajadores pasaban con su carga.
1 comentario:
Y que paso con la cola del toh? Completa la historia.
María
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