sábado, 28 de agosto de 2010

Desde La obscuridad...

Siempre el momento mas obscuro es antes del amanecer...

Recordaba con melancolía la frase anterior, dicha en tiempos mejores, por un gran amigo. Ahora, en medio de la obscuridad, cobra mucho sentido. Ahí fuera, impera la muerte y desolación, y yo aquí, empuñando mi arma, no he podido siquiera cerrar los ojos. Este momento es el mas critico que me ta tocado vivir, donde la esperanza esta en proceso de extinción.
Mi visión ya se acostumbra a lo negro de este escondite, con la humedad calándome los huesos, sucio, mojado, y sobre todo, en la espera de algo que pueda salvarme.

Aunque conforme pasan los segundos, veo que eso no sucederá.

Detengo por un momento mis pensamientos, y encuentro motivos para no desistir. Un abrazo lejano, un beso robado, una comida, un "gracias", un llanto, risas, tristezas...todo ese abanico de sentimientos que me invaden y me infunden fuerza para seguir.
Tiro el arma al suelo, recuesto mi espalda contra la pared rocosa, y me dejo caer...bajo la cabeza y cierro los ojos, para esperar la llegada del momento final.

Súbitamente, mi escondite se empieza a llenar de luz...escucho estruendos, gritos y otros sonidos que no alcanzo a identificar...es el final...

El tiempo dejo de tener sentido, e ignoro si sigo en el mismo lugar, si han pasado años o segundos. Abro los ojos, y me parece que estoy en el paraíso. De repente, escucho a alguien decir mi nombre, pero a duras penas logro visualizar quien esta conmigo.

Y la luz sigue dándome en la cara...

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