lunes, 29 de noviembre de 2010

Carrusel de emociones en fin de semana.

El sábado me desperté muy temprano para ir con mi padre, a hacerme unos análisis clínicos. Esto, debido al próximo enlace matrimonial por el civil con mi amada Ana. En esas estábamos, y curioso como siempre, estuve indagando en las cosas de mi viejo, y observa una foto de mi hermano, cuando era un rapazuelo de 2 o 3 años. Seria largo de explicar, pero quienes sepan la historia, sabrán porque que me golpeo muy cabrón ver esa foto, y sobre todo en posesión de el. Ademas, cuando le hice la observación de dicha imagen, me mostró otras mías. Ana noto enseguida mi cambio de animo, porque si me pego bien duro. Cuando nos quitamos de ahí le comento lo anterior y me estuvimos platicando hasta que me tranquilice.
Por la tarde, fue el cumpleaños de unos de sus tantos sobrinos, después de comer y departir con su familia, llegamos a mi casa, y mi hermanito me recibió con la noticia de que asaltaron a mi abuela Tete. Rápidamente nos traslados a su domicilio para conocer los pormenores de lo que paso, y resulta que realmente la timaron, engañándola con el cuento de un hijo suyo necesitaba dinero y que habían ido a buscarlo. Mi abuela, en su desesperación les entrego un articulo con mucho valor monetario, pero con un valor sentimental incalculable, ademas de un reloj.
Sobra decir que estaba inconsolable, ya que dicho articulo, se lo regalo su madre (mi bisabuela) antes de morir. Fue algo que cimbro a todos, por muchos motivos que no voy a mencionar aquí. Probablemente ustedes nunca lean esto hijos de puta, pero ojala se pudran en el infierno, malnacidos, por engañar a una pobre anciana que no les hizo nada. Ojala disfruten lo que se llevaron, porque seguramente no les durara mucho el gusto.
Después del enojo y mal rato, retornamos a casa por segunda vez, encontrándome con un mensaje muy curioso en el chat. Por años he sospechado todo eso que me dijeron, y simplemente lo confirme. No fue triste ni molesto, simplemente que me doy cuenta de que hay gente de que es muy buena para fingir, y uno que no tiene el colmillo muy alargado, cae engañado por las circunstancias.
De ahí al domingo, estuvo muy relax, y por la tarde fui a pasear con la familia. Al regresar de dejar a mi amada flaca, me tope con una escena que aun me estoy recordando, el ataud de una vecina de ella, con velas y en un ambiente muy lugubre. Fueron apenas unos segundos, pero me dejo con una fuerte impresión.
Me dormí a las 10:30 y hoy me siento a todo dar, a pesar de todo.

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