Un dia, apareciste en el patio, sin aviso previo...en aquel lugar donde primera vez te vi, curiosamente, fue el de tu ultima morada.
El recuerdo que siempre llevare guardado, es tenerte a mi lado, cuando me sentaba en el patio, como desesperadamente buscabas quedar bajo mi regazo, y me observabas con aquel rostro perruno angelical.
Ignoro la edad que tenias al llegar a casa, como hasta ahora, la que tuviste al dejarnos. Me siento muy triste, he llorado en tu tumba del puro coraje, la impotencia y el dolor.
Hoy, 21 de marzo, te fuiste sin despedirte. Me dolio verte inerte, en aquel rincon, en el cual solias echarte a descansar.
No se donde estaras, pero se que estas bien, disfrutando de todo aquello que te fue negado. Espero puedas perdonarme algun dia, ya que tendre que cargar con la culpa por lo que me queda de vida. Tendre que aprender a vivir con ello.
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