martes, 9 de agosto de 2011

Reunión (II)

Canela, dormida, seguía junto a mi. De hecho, no se me despegaba para nada, siempre buscando la caricia de mi parte.
Me invadió la curiosidad de seguir andando, y en mis adentros, sabia que mi camino debía proseguir. Fui a despedirme de todos mis queridos compañeritos, y los encontré en el mismo lugar, haciendo exactamente lo mismo, parecía que disfrutaban mucho aquello.
Fue chistoso ver a los gatos enfilados, y Cri- Cri junto a ellos, ya que todos eran del mismo tamaño prácticamente. A todos los veía como en sus mejores tiempos, altivos, sanos juguetones, y realmente agradecí que fuera así, con algunos de ellos tuve malas y tristes experiencias, recuerdos que en algunos casos me persiguieron por el restos de mis días, y de los cuales, no me sentia precisamente muy orgulloso.
Me despedí de todos, uno por uno, pero empezaron a seguirme, mi primer reacción fue de desconcierto, pero pasados algunos segundos (solo por decir algo, porque como dije, el tiempo ahí no tenia sentido) empezaron a seguirme...no me molesto dicha situación, pero a cada momento me preguntaba como carambas los iba a alimentar. Por lo visto, y desde que llegue, ese no debía ser un problema.
Era gracioso verme con todos ellos siguiéndome, pero en el trayecto, no pude ver a nadie mas, ni animales ni personas. Eramos una caravana muy gracioso y pequeña.
Al llegar a cierto punto, que me recordó la aguada de Vergel (Aquel lago artificial rodeado de piedras, la cantera de donde sacaban sascab en otros tiempos) por fin pude divisar a lo lejos a una persona, que parecía estaba acompañada de otro animalito. Al acercarme a ellos, note cierto nerviosismo en Cri Cri, y de hecho, se adelanto dejándonos a todos nosotros atrás...No podia creerlo, era Lobo!
Me sorprendió que todos mis acompañantes se quedaran alineados y sentados, el único que se rebelo fue el perrito, era como si todos ellos le tuvieran profundo respeto por la lombriz, perrito al cual yo no tuve oportunidad de conocer en vida.
Lo mejor de todo, fue quien estaba con el. Era ella, aquella a quien había amado con fervor hasta el final de mis días...

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